Los indicios apuntan a que el Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y Río de Oro (Polisario) ha ido un poco más allá en su estrategia de tensión y provocación al encuentro de la Misión de las Naciones Unidas para la celebración de un Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO). En un momento en que las relaciones entre la organización independentista y la instancia onusiana atraviesan una zona de turbulencias, a causa, fundamentalmente, de las redes de tráfico de droga y armas que abundan en la zona y en las que a menudo caen miembros del frente independentista saharaui, una reciente decisión de la cúpula militar del Polisario ha socavado, aún más, las ya de por sí deterioradas relaciones.
A finales del pasado mes de septiembre, Taleb Ami, comandante de la primera región militar del Frente Polisario, al este del muro de separación del Sahara Occidental, informó a los oficiales de la MINURSO de la decisión operada por el ministerio de Defensa de la organización independentista. Ami informó a los responsables de la MINURSO que todas y cada una de las patrullas efectuadas por éste deben ir, a partir de ahora, obligatoriamente acompañadas por elementos armados de las fuerzas militares del Frente Polisario.
Violación del alto el fuego
“Tal decisión, además de suscitar numerosos interrogantes con respecto al timming elegido y los objetivos perseguidos, supone una violación de los acuerdos de alto el fuego entre Marruecos y el Polisario firmados bajo la égida de la ONU, y que prohiben cualquier movimiento de tropas armadas en la zona”, destaca un experto francés en cuestiones de estrategia consultado por Correo Diplomático.
Por su parte, responsables militares marroquíes contactados, quienes han incidido en la “violación flagrante” del alto el fuego que supone esta medida del Polisario, destacan cómo “en el interior del muro levantado por las Fuerzas Armadas Reales, en la parte controlada por Marruecos, las tropas de la MINURSO disponen de absoluta libertad de movimiento y nunca son escoltadas”.
La tutela a la que el Polisario somete desde finales de septiembre a los efectivos de la MINURSO desplegados sobre el terreno molesta sobremanera a los responsables de la misión. Estos deben someter con cierta antelación a las autoridades militares del Frente Polisario el planning de sus patrullas, el momento en que estas se van a desplegar, la ruta que van a seguir y, además, deben ir siempre acompañadas de uno o varios soldados armados de la organización independentista.
“Es una violación directa la libertad de movimiento de la Misión”, confiesa a Correo Diplomático un anónimo ex miembro de la MINURSO, de nacionalidad colombiana.
Retorno de mercenarios saharauis
Mientras que algunos observadores consultados justifican la decisión de la organización independentista en la “protección” de los miembros de la misión onusiana en el Sahara Occidental, otros estiman que el Polisario buscaría, con esta medida, enmascarar la vuelta de sus combatientes de Libia. “Si la cúpula de la organización es puntualmente informada de los desplazamientos de las patrullas de la MINURSO, ésta puede evitar que los combatientes que vuelven de Libia y Níger no sean detectados por la ONU”, asegura el experto francés en cuestiones de estrategia.
Además, fuentes sobre el terreno han informado sobre la llegada a Tinduf, la pasada semana, de varias decenas de vehículos todoterreno y miles de fusiles kalachnikov. Las armas provendrían del arsenal de Muamar Gadafi. Tras haber desaparecido el ex dictador sin pagar el dinero que adeudaba a los combatientes saharauis, los vehículos y las armas habrían sido entregadas como pago por sus servicios a los mercenarios provenientes del Frente Polisario que combatieron al lado de Gadafi desde el inicio de la insurrección armada.
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